El proyecto se implanta con gran similitud a la silueta de hélice de un avión, y casi en forma de X apaisada. Buscamos un eje central desde donde estas aspas tendrían su punto de rotación, generando una gran “hélice”.

Este centro, dotado de un eje vertical y también horizontal, estaría enmarcado en una importante escalera central de forma helicoidal rematando en una superficie cenital totalmente acristalada, como una gran cúpula vidriada.

La sensación de giro de esta hélice logra generar, entre aspa y aspa, espacios y paisajes diferentes hacia cada orientación: Hacia el frente del acceso; al contrafrente una imponente piscina en forma de laguna; al lateral derecho el asador y la huerta que conviven con el salón de eventos y la barbacoa. El lateral izquierdo genera un patio “Zen” con laguna propia que se fusiona con el Gym, el Spa y un espacio para autos de colección.

Los dos grandes desafíos fueron crear esta casa en forma de X apaisada para generar diferentes espacios exteriores. Y desde el interior plantear dos importantes espacios vidriados a cielo abierto, en donde los ambientes vivan una doble relación con la naturaleza: hacia el paisaje exterior y hacia adentro con ambientes también llenos de vegetación.

Para la estética de la casa se utilizaron grandes planos que denoten una horizontalidad extrema y que “vuelen” prácticamente sin apoyos, desafiando la gravedad. Y gracias a las esquinas en punta, se generaron líneas rectas que se cruzan permanentemente dándole un carácter agresivo, y a la vez aerodinámico a esa “Gran hélice”.

La casa fue hecha totalmente para el placer y el disfrute de la naturaleza, con todos los sentidos y emociones, compartiéndola en familia y con amigos.